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Traducido al español por Julián Alejo Sosa

¿Alguna vez comiste albóndigas fritas de ricota? Yo tampoco. Ni siquiera sabía que existían hasta que las pedí por accidente cuando me confundí un de por un con.

Muy pocas veces me sorprendió un bodegón, por lo que, mientras esperaba y juzgaba en silencio a los de la mesa de al lado que estaban a punto de clavarse una pizza con huevo y palmitos, nunca se me pasó por la cabeza que mi visita a Albamonte, la cantina legendaria de Chacarita, iba a ser la excepción.

¿En dónde mierda está el queso?, me pregunté cuando me trajeron el plato y vi tres albóndigas comunes y corrientes cubiertas con salsa filetto. Pero justo antes de que pudiera decir algo, el mozo cortó al medio una de las albóndigas con una cuchara y una cascada cremosa de ricota brotó de su interior para entremezclarse con la salsa de tomate. Ni siquiera me molesta, me contestó mi acompañante con una sonrisa traviesa.

Pero una albóndiga de una ricota levemente dulzona, condimentada, rebosada y freída tiene todo el sentido del mundo en este lugar. ¿No notaron el mantel blanco con el que cubren las sillas en las que dejan sus pertenencias? No es por pura sofisticación, sino por practicidad. Porque si viniste acá, es para hacer un enchastre.

Clavá tu cuchara bien profundo y asegurate de raspar los restos del rebozado que quedan pegados al plato. Cuando les das una mordida a estas albóndigas, sentís esa corteza crujiente que se deshace en tu boca; es como si las sacaran del horno en el momento justo para que queden lo suficientemente tostadas sin llegar a quemarse.

Ñoquis de espinaca y albóndigas de ricota

Otro de los platos que ofrece el lugar son unos ñoquis de espinaca caseros cubiertos con una salsa de tomate cremosa en un mar de queso gratinado, algo crujiente por el calor intenso del horno. Los ñoquis no son mis pastas favoritas, la harina de sémola me parece un poco fuerte y casi siempre te los sirven duros o pasados. Pero este no es el caso, ya que en este lugar están al dente, algo elásticos y livianos, y quedan muy bien acompañados con esta salsa que tiene un dejo inesperado a limón.

Por otro lado, también ofrecen gambas al ajillo, un plato de calamar frito acompañado con algunos langostinos bañados en una salsa de paprika roja que siempre es una apuesta segura. Así como también tenemos la opción de escalopes de lomo a la marsalla, un bife de lomo al horno apenas rebozado con una salsa de brandy. Si bien es parecido a una milanesa, el rebozado no se hace con pan rallado, sino con harina o maicena.  Este tipo de rebozado es algo complicado, ya que, si queda muy pesado, la carne queda cubierta con una corteza algo pastosa. Pero Albamonte usa lo justo y necesario para hacer que esta corteza quede suave y la carne tierna sea la protagonista del plato. Vienen acompañados con una guarnición de papas noisette, unas bolitas de papa crujientes, las cuales quedan embebidas en el jugo de la carne.

Y no se dejen engañar por la tortilla con alcauciles, son algo blandas y desabridas a pesar del corazón tierno de los alcauciles; lo que sí les recomiendo es la tortilla española: crujiente, jugosa y rellena de chorizo. Si pasaron dos días desde la última vez que comieron, entonces pídanse la increíble milanesa a la fugazzeta y prepárense para hacer el enchastre del siglo con el queso; al igual que con el resto del menú.

Albamonte

Dirección: Av. Corrientes 6735, Chacarita.

Horarios: miércoles a domingos desde las 12 h. hasta las 14:30 h. y desde las 20 h. hasta las 23:30 h. Martes de 20 h. hasta las 23:30 h.

Precio por persona: $300 – $600 aprox.

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