To read the English version of this article, click here.

“No te perdono,” la canción que abre el brillante EP de Mugre Gracias por cuidar el equipo, arranca con un baile rítmico entre la batería y el bajo. Este ritmo entrecortado es luego acompañado por una guitarra con palm-mute juguetona. La voz interviene para enumerar las diversas quejas que desembocan en el estribillo repetido de la canción: te olvidaste de venir a mi fiesta de cumpleaños, te quedaste dormida con tu novia. Y aquí estás, con un regalo en tus manos, intentando aplacar mi enojo. ¿Qué debo hacer?

El rencor puede parecer insignificante, pero profundizando surgen indicios de emociones subyacentes: bajo la superficie yacen una relación fracturada, un resentimiento latente, y tal vez algo de anhelo. Estas sutilezas podrían pasarse por alto fácilmente, tal es el poder de los muchos encantos de la canción: sus alegres palmadas sincopadas, su robusto riff de guitarra, sus armonías vocales al estilo de los Beach Boys. Suena como un pariente lejano de “Teenage Kicks” de The Undertones; un perfecto himno de pop veraniego, incendiado con gasolina y espolvoreado con azúcar.

Esa canción fue mi primer encuentro con Mugre, el power-trio compuesto por Jazmín Esquivel, Mariana Michi y Sofía Naara. Cada una de ellas tiene un proyecto en solitario impresionante: Las torpezas de Naara, Hijo de campeones de Michi, y Medianoche radio club de Esquivel ocupan lugares entre nuestros lanzamientos favoritos de los últimos años. Con esta discografía, uno podría sentirse tentado a etiquetarlas como un “supergroup”, pero esa descripción, frente a la ética punk de la banda, resulta flagrantemente incoherente.

Gracias por cuidar el equipo y el EP anterior del grupo, Emocionando a la gente, están repletos de canciones de rock filosas, desbordantes de actitud y melodías pegajosas. Sus composiciones son radicalmente sencillas, pero repletas de hooks y momentos memorables. Las canciones a menudo toman giros abruptos, saltando a frenéticos estallidos de energía, acompañados de letras que exploran el deseo, las relaciones, y el complicado campo minado donde estos temas se cruzan.

El trío está a punto de lanzar su tercer EP, La santísima trinidad. El título podría aludir de forma juguetona a las tres mujeres que componen la banda o a las tres hipnóticas pistas que ofrece el EP. Comenzando con la desquiciantemente pegadiza canción de calentamiento “Ave María” (no, no esa), el EP progresa hacia la irresistible “Ni tu perra”, un desaire en ebullición con una línea de bajo encantadoramente sinuosa. Y luego está “Tóxica”, la reinterpretación del grupo de “Toxic” de Britney Spears, convirtiéndola en una canción de rock de garaje a medio tiempo con guitarras al estilo de un tema de película de James Bond.

El sábado 22 de julio, Mugre tomará el escenario de Strummer para presentar en vivo La santísima trinidad. Hay algo extremadamente vigorizante en el show en vivo de Mugre. Sin duda, su producción grabada es excelente, pero ver a las tres desplegar su arte frente a una multitud de fans entusiastas, alimentadas por la adrenalina del escenario en vivo y el innegable talento para el espectáculo de las tres, es algo completamente diferente.

En tres ocasiones diferentes, he visto con deleite cómo amigxs, anteriormente desconocedores de Mugre, salieron del recital convertidx en nuevos fans. La más reciente fue mi amiga Fabiana, quien rápidamente se unió a mí para exaltar su genialidad. Avanzando unos meses, nos encontrábamos posados en la terraza del espacio de ensayo Espacio Charcas, esforzándonos por escuchar los ecos suaves de la banda tocando abajo, anticipando con entusiasmo la oportunidad de fotografiarlas y sumergirnos en una conversación sobre su arte y su próximo EP.

Nota: La entrevista que sigue ha sido condensada y ligeramente editada por claridad.

Fotografía de Fabiana Wdowik

¿Cómo les fue en el ensayo?

Mariana Michi: Sorprendentemente bien. Estamos componiendo un nuevo disco, un LP, y las últimas diez juntadas han sido de componer. Pero hace rato no ensayabamos y estuvo bueno reencontrarnos con los temas.

Cada una tiene una carrera solista individual que difiere bastante de Mugre estéticamente. ¿Qué impulso satisface el tocar con Mugre que no encuentran en otros proyectos?

Mariana: La desfachatez.

Jazmín Esquivel: Si, me gusta esa palabra.

Sofía Naara: Sin duda esa palabra representa lo que sacia Mugre. 

JE: El humor también.

SN: Decir cosas un poco corridas de nuestro propio lenguaje individual. Es un lenguaje entre las tres. 

¿Así empezó la banda? ¿Buscando ese concepto?

MM: Creo que el origen vino de querer tocar los instrumentos que estamos tocando. Veníamos de un flash más acustico y teníamos ganas de tocar rock. Nos conocimos tocando los temas de cada una y tras bambalinas dijimos ¿che, y si hacemos una banda?

SN: Literalmente tras bambalinas. Fue en Vuela el Pez. “Estamos buscando una bajista”. “Ay, yo quiero tocar el bajo”. Se juntaron el hambre y las ganas de comer.

JE: Yo sabía que quería tener una banda llamada Mugre Total.

SN: Y yo le saqué el “Total”. 

JE: Ella me dijo “bueno, si es Mugre solo, está bien.” [risas] “Si no, no voy.”

MM: Y yo dije sí a todo.

JE: Te dijimos que necesitábamos una bajista para nuestra banda que se llama Mugre. Ya con el nombre de una manera definíamos lo que buscábamos. 

SN: Nosotras tenemos una manera de abordar nuestros proyectos. Las tres somos bastante obsesivas, y Mugre plantea otra cosa. Hay obsesión pero en otro plano. Es muy distinto.

La música que hacen juntas como Mugre se podría calificar estilísticamente como punk. ¿Es un género que escuchan mucho hoy en día, por placer?

JE: Lo hice mucho, pero en este momento no tanto. De hecho, siento que no estoy escuchando casi rock. Pero son épocas. 

¿Qué vienes escuchando últimamente?

JE: Música instrumental muy suave y pacífica.

SN: Para que nos calme un poquito. [risas] Yo estoy en la misma.

MM: Yo sí escucho mucho rock.

SN: Vos sos la más rolinga de la banda.

JE: Tal vez hoy día no lo escucho mucho, pero sí me gusta ir a un recital de punk. Creo que se refleja en nuestra banda también, es muy del vivo. Hay algo del vivo que es esencial. Luego la pregunta es cómo plasmar eso en un disco. En otros proyectos que tenemos hay mucha producción, son muy de laboratorio, y luego es “bueno, ¿cómo llevo esto al vivo?” Para nosotras es al revés. 

A la hora de grabar, ¿se encuentran luchando contra el impulso de llenar los arreglos con más pistas que solo guitarra, bajo y batería?

SN: Componemos con guitarra, bajo y batería, y cuando estamos grabando un disco nos abrimos a hacer lo que nos dé ganas en el momento, agregar cosas. Nos ha pasado. Si queda bien un sinte, que aparezca. 

JE: Creo que igual lo experimentamos, y de hecho fue en el anterior disco que sacamos [Gracias por cuidar el equipo] que hay algunos sintes, pero me parece que hay algo que — no lo dijimos, esto no está hablado – pero hubo una decisión grupal ahí de no sumar nada. Porque hay algo de eso, del sonido en vivo que nos re funciona a nosotras energéticamente.

¿Cómo es el proceso de componer para Mugre, y cómo difiere de sus proyectos solistas?

MM: Lo que estamos haciendo ahora con este disco nuevo es juntarnos y hacer un tema como mínimo por juntada, o empezar con la idea de alguna o alguna melodía o aún algún problema de alguna y arrancar.

JE: No estuvimos trayendo ideas de casa. Es lo que pasa en la sala. 

MM: Así empezó Mugre. Sí nos ha pasado que hayamos traído algún tema de casa, particularmente en Gracias por cuidar el equipo, pero es mucho más divertido cuando componemos juntas.

JE: Ya entendemos bien lo que es Mugre y qué nos gusta abordar. La verdad que fluye mucho. Yo me sorprendo mucho componiendo con estas personas. Hay una libertad y facilidad. Nos ha pasado de componer dos temas en dos horas, ya con acordes, letra, arreglos, todo. “Esto sale y se imprime”. “Uh, ahora hay que grabarla, no, qué paja”.

SN: Tenemos ya cinco o seis temas nuevos que salieron todos así. 

En agosto se cumplen 4 años de Gracias por cuidar el equipo. ¿Qué piensan de ese disco 4 años más tarde?

SN: Yo lo escuché hoy. Para mí es revisitar un lugar de mucha sorpresa. Cada una tiene su proyecto por separado, y Mugre es como una isla que construimos juntas. Y la revisito y me sorprendo mucho. Me parece una música muy hermosa e identificatoria.

MM: A mi me divierte mucho escucharlo. Me pone de buen humor automáticamente. Me gusta mucho escucharlo andando en bici. 

¿De donde salió la decisión de incluir una sección en alemán en “No te perdono”?

SN: Ahí cantábamos una cita antes, en nuestros ensayos. Hasta que empezamos a registrar los temas y nos dimos cuenta que teníamos que reemplazarlo. ¿Qué podemos decir nosotras? Creo que Jaz dijo “¿y si es en alemán?” Y yo dije “si, claro”. Y tenía un poema que había hecho, algo de una cosita que me había pasado. Y lo metimos ahí.

En el tema “La nena” se repite la frase “me pongo porno en Constitución”. Me da curiosidad la letra, y la conexión con el barrio Constitución.

JE: En la versión original también había una cita ahí, “en el caribe sur“. 

Osea no hay nada particularmente porno sobre Constitución. 

MM: Todo es porno. [risas] Todo es obsceno en Constitución. 

JE: De hecho, esa fue una de las primeras canciones de la banda, y me acuerdo de haber paseado en bicicleta por Constitución cantando “en el caribe sur…” pero estaba en Constitución, no en el caribe [risas].

MM: Fingiendo demencia para poder seguir adelante. 

JE: El arte mismo. 

¿Qué aprendieron de Gracias por cuidar el equipo que trajeron a la creación de La santísima trinidad?

JE: Trajimos más mugre, para mí. 

MM: Y mucha importancia en las voces. Las tres cantamos, las tres armonizamos, las voces son muy importantes. De eso nos dimos cuenta en Gracias por cuidar el equipo. Hicimos mucho laburo de voces.

JE: Me acuerdo que cuando nos mandaron la mezcla por primera vez y la escuchamos, dijimos “che, esto está muy limpio”. Pedimos que nos pusieran el micrófono de ambiente y meté, meté kilombo. Este EP lo grabamos mucho más en vivo, de una manera más cruda. 

El nuevo EP se llama La santísima trinidad. Abre con un tema llamado “Ave Maria”. Encima cuando tocan en vivo, usualmente lo hacen de blanco. Parece haber cierto tema que apunta hacia lo religioso, o lo pulcro. ¿Lo tenían pensado de esa manera o sencillamente salió?

MM: Es algo que salió. En mi caso, fui a un colegio ultracatólico y re flasheaba con eso cuando era chica, pero más conectaba con la música. Iba al coro. Hay toda una emoción sobre todo eso. Cuando salí de ese mambo, lo veía como “wow, qué teatro.” Y siento que representa mucho no querer mostrar la hilacha. Y es divertido que nosotras mostramos la hilacha de blanco.

JE: Eso que decis de blanco y Mugre, re. 

MM: Es el chiste. ¡Pero es algo que salió de pedo también! Porque Carlos, el que nos hace los videoclips, es un amigo que vive en nueva york y d evez en cuando viene y filmamos algo con él. Y la primera vez que vino, que grabamos el videoclip de “tus pantalones,” nos trajo tres pijamas blancos.

JE: Cerraditos, de paquetito, así. “Che, les compré esto”.

MM: Y fue como bueno, usemoslos para el videoclip. ¿Qué somos? Bueno, somos tres alienígenas que se cruzan con la banda. Y luego fue “che, y si los usamos para tocar en vivo?” “Dale, re”. Despues mirás para atrás y hay un monton de decisiones que decis “ok, esto me gusta por algo, no es casual.” Pero al momento de tomar las decisiones, todas las decisiones de Mugre son “¡dale!” El concepto no es charlado de antes.

JE: El concepto se genera después, en retrospectiva.

SN: Tomamos lo que se presenta, lo hacemos propio y lo significamos.

Uno de los tres temas de La santísima trinidad es una versión de “Toxic” de Britney Spears. ¿Qué desafíos se encontraron al adaptar la canción a español?

MM: Poder grabarlo y lanzarlo. [risas] El tema no va a salir por Spotify. Para hacer una traducción hay que pedir permiso a las personas que editan ese tema. Pedimos el permiso pero hubo una pata que no nos respondió. Entonces no podemos subirlo a Spotify porque puede causar problemas.

SN: También hay un sello involucrado. No vamos a hacer bardo. Pero va a estar ahí…

MM: Va a estar en todo lo que no es Spotify y plataformas digitales. Para que la gente lo encuentre.

SN: Ese fue el mayor desafío. Después en cuanto a lo musical… teníamos ganas de hacer un cover, y encontramos a Britney como una figura que funcionaba para nosotras. Y “Toxic” es un temazo. Cada vez que lo tocamos es como “che, qué temazo”. Para la letra, hubo un laburo de buscar, buscar, buscar. En un momento intenté estudiar traducción, y me quedaron ciertas herramientas que traje a la mesa.

Están lanzando este EP al mismo tiempo que componen un nuevo disco. ¿Por qué lanzar estos tres temas ahora y no esperar al largo?

SN: Tienen un lenguaje propio estos tres temas que – sí, está integrado en lo que estamos haciendo porque es parte de nosotras – pero me parece que los temas que estamos componiendo ahora vienen de un futuro, y estos tres temas vienen de un pasado.

JE: Son temas que veníamos tocando desde hace años, desde Gracias por cuidar el equipo, que por varios motivos fueron quedando afuera.

SN: Algunos los consideramos como todavía no terminados, entonces quedaron en un limbo, y tienen sentido que estén juntos pero no tiene sentido que hagan parte de algo más largo.

Se están preparando para tocar en vivo de nuevo. Para ustedes, ¿qué es lo más importante de tocar en vivo con Mugre?

JE: Pasarla muy bien.

MM: Sí, divertirnos. Cagarnos de risa. Divertir al público. El momento en que la gente se sube a bailar “Fataliti” en el escenario… no lo queremos soltar.

JE: La verdad es que cada vez queremos hacer más de eso. Invitar a la gente a ser partícipe. “Vení, ya fue. Cantá vos. Listo”. Romper con ciertas estructuras.

¿Componen pensando en cómo va a sonar en vivo?

MM: Creo que sí. Hay partes donde entendemos que vamos a estar cantando todos a los gritos. Hay momentos que son como…

SN: Un himno.

MM: Una ceremonia. [risas]

SN: ¡Una misa!

MM: Hay momentos donde se canta, momentos donde se bailan, momentos donde se menea…

JE: También hay algo de preguntarnos, ¿a qué lugares queremos ir? No solo para generarle al público, sino también para generarnos a nosotras. 

Fotografía por Fabiana Wdowik

¿Qué creen que debería cambiar de la escena musical porteña?

MM: Tendría que haber más salas de entre 300 y 500 personas. Hay muchas salas de hasta 300 y luego a partir de 1000. Hay como un bache ahí que falta.

SN: En general creo que en cuanto a las dinámicas de laburo falta un poquitito más de expectativa, pero en un buen sentido. Falta un poquito más de querer hacer algo que esté bueno en serio, que esté cuidado, no renegar a “te doy una pizza, te doy un agua y ya compras el resto”. Hay algo del trabajo en equipo entre el lugar y el artista que no se termina de configurar.

MM: Siento que tal vez es difícil encontrar un lugar aliado, como lo que era Cemento. Un lugar donde los artistas se adecuaban al lugar y el lugar a los artistas, como que era todo un solo espectáculo. El lugar con la música y con lo que pasaba, todo parte de lo mismo.

JE: A nosotras nos estuvo costando un montón ver dónde hacer esta fecha.

MM: Si, qué lugar podría ser rockero pero que suene bien, pero que no sea muy podri, que la gente se sienta segura y contenida…

JE: Y que no sea el mismo lugar de siempre, o el lugar cheto donde tocan todas las bandas.

MM: Que sea contracultural pero que no sea choto. Porque si queres hacer algo contracultural tenes que ir a un lugar que suena para el orto, y si tenes ganas de sonar bien tenes que ir a un lugar que para la gente es re caro.

JE: Es nuestra primera vez tocando en Strummer. Le tenemos fe.

MM: Han tocado amigues ahí. Es un lugar de rock, una rockería. Puede ser divertido.


Mugre toca el sábado 22 de julio en Strummer. Podés comprar entradas acá.

X
X