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Bienvenidxs a la segunda edición de esta columna que celebra el cine de género local. En mi primera entrega hablamos de Plaga Zombie (Pablo Parés & Hernan Saez, 1997), que fue quizá la primera película de cine independiente que vi y que de alguna forma inauguró la nueva época del cine de género independiente local. 

En esta ocasión, como suerte de un paralelismo, quería hablar de una película que representa el otro extremo en cuanto a producción y promoción: Aterrados, dirigida, escrita y musicalizada por Demián Rugna. La película contó con total apoyo del INCAA y ganó el concurso Blood Window. Gracias al premio se logró rodar y editar en poco tiempo.

Un amigo definió la película como la Hereditary argentina, una comparación acertada pero inusual ya que esa película fue estrenada un año después, ¿será entonces pertinente decir que fue Hereditary la versión yankee de Aterrados? Acompáñenme y lo podremos descubrir.

Demián Rugna estudió Diseño de Imagen y Sonido en la FADU – UBA. Fue director de varios cortometrajes – de hecho, Aterrados surge producto en parte (digo en parte porque en varias entrevistas Rugna cuenta que los ruidos molestos de una remodelación en una casa vecina sirvieron como disparadores del relato) del cortometraje Tienen Miedo (2002). Fue director de tres títulos: No sábes con quién estás hablando (2016), Malditos Sea! (con Fabián Forte, 2011) y The Last Gateway (2007). Las tres películas son muy recomendables, aunque no lograron tener un gran recorrido festivalero ni gran recorrido en salas comerciales.

Pero Aterrados rompió records. Con una sola proyección en el Mórbido Fest de México ganó un premio que aseguró su estreno comercial en salas mexicanas. La película también fue galardonada en el festival fantástico de Fantaspoa con el premio a la mejor película Iberoamericana. En el plano local, durante el festival internacional de Mar del Plata, agotó todas las entradas; lo mismo ocurrió en el Buenos Aires Rojo Sangre, donde obtuvo el premio Mejor Largometraje Internacional. 

De hecho, de cierta manera Aterrados marcó un antes y un después en el festival Buenos Aires Rojo Sangre ya que fue la película que logró atraer a un público más amplio. Todas sus proyecciones fueron a sala llena. Duró cinco semanas consecutivas en cartelera y fue parte del catálogo de Netflix por unos cuantos meses.

Y si había alguna duda sobre el éxito de la película, es una de las pocas películas argentinas que se ha ganado un remake americano, en el que está trabajando actualmente nada menos que el director mexicano Guillermo Del Toro.

Primero, una breve sinopsis: 

Un vecindario se vuelve epicentro de una serie de hechos paranormales, desde ruidos extraños hasta muertes atroces… con el agregado de que los cadáveres suelen volver de la tumba. El comisario Funes y tres especialistas en fenómenos parapsicológicos deciden averiguar qué sucede, pero las revelaciones pondrán a prueba la resistencia de cada uno.

El elenco cuenta con la presencia de Maxi Ghione en el rol de comisario Funes, quién le agrega vestigios de humor con su escepticismo extremo. Elvira Onetto y Norberto Gonzalo participan como investigadores paranormales.

Uno de los elementos sobresalientes de Aterrados es la forma como está orquestado todo el relato. Nos topamos con un personaje que, a modo de flashback, nos va a contar tres historias que se entrelazan entre sí para luego desenredarse y al final volver a juntarse. La primera historia es quizá la que tiene el clímax mas potente de las tres, donde la tranquilidad de un barrio va ser interrumpida por fuertes golpes provenientes de un baño (no quiero ahondar en detalles). 

La segunda es quizá la más aterradora; a mí por un tiempo me causó que mire constantemente debajo de mi cama antes de dormir. La tercera cuenta un infanticidio. La particularidad de las tres historias es que las mismas ocurren en una calle perdida de Haedo, que sirve como una especie de vaso comunicante entre dos mundos opuestos.

Estos tres relatos se irán mezclando y alimentando entre sí a medida que avanza la trama. El relato viene a poner en juego lo desconocido que busca ser entendido a través de nuestros investigadores, una suerte de Cazafantasmas modernos. Pone también en imagen distintos tipos de terrores que nos acechan y que según nuestra hoja de ruta le damos mayor o menor importancia, pero que al fin y al cabo nutren nuestras historias. Aterrados es una película que rebosa con amor al cine de género. Está llena de pequeños guiños a otros clásicos del terror como Pet Sematary (Mary Lambert, 1989), Paranormal Activity (Oren Peli, 2007) y Nightmare on Elm Street (Wes Craven, 1984). 

Cabe destacar el ritmo que Rugna impone a medida que avanza la trama, donde logra entrelazar el fuera de campo con el suspenso y los jumpscares. Estos tres elementos se apoyan en el personaje principal, el comisario Funes, quien es con quien el público va a empatizar más ya que es el personaje más desarrollado a lo largo de la trama. 

Aterrados es la mejor película de género nacional hecha hasta el momento. Si “mejor” les suena un poco exagerado, al menos es la película viene a dejarnos en el mapa del cine de terror. Es la película que necesitábamos para poder mostrar que tenemos un buen cine de horror local y que tenemos historias para contar. Y sin dudas Demián Rugna se consagra con esta película y se ubica en el salón de la fama con otros exponentes como Narciso Ibañez Menta, Pablo Parés, Daniel de la Vega, entre tantos otros.

Si buscas algo para ver este día de brujas y tenés ganas de probar algo de terror local, Aterrados es una gran recomendación.

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