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Desde que tengo memoria, siempre tuve un VHS en la mano. De hecho, mis padres fueron dueños de Calypso, nombre del videoclub que tuvieron por al menos 4 años. Criado a puro VHS y chipas, empecé a desarrollar una fascinación por el gore desmesurado. Ahí fue donde conocí Zombie de Lucio Fulci, película de 1979, que me abrió paso a otros directores como Romero, Peter Jackson, Mario Bava, Tom Savini, Tobe Hooper, Paul W. S. Anderson, Neil Marshall, y muchos más. Por supuesto que todas dobladas en ese idioma llamado español neutro y todas en VHS.
Como fanático del género, siempre quise crear mi propia película de zombies, pero lo veía imposible por el amplio presupuesto, por la cantidad de gente requerida, efectos prácticos y muchos otros motivos que no vienen al caso.
Todo esto cambió durante una de mis visitas a Buenos Aires, allá por el 2012. Me encontraba hablando con mi primo de la carrera que iba a arrancar (Diseño de Imagen y Sonido) y de las ganas que tenía de escribir o dirigir una película de zombies, pero el problema económico siempre estaba presente. Ahí fue donde él me preguntó si había visto Plaga Zombie. Gracias a YouTube, encontré esta joya. Está subida en el canal de Farsa producciones (pioneros del género independiente bizarro y de terror de la Argentina). La pueden ver acá:
Plaga Zombie es una película de Pablo Parés y Hernan Saez, del año 1997. Lastimosamente la conocí de grande. Me hubiese encantado formar parte de las proyecciones, de esa pequeña masa de nerds del terror que buscaba películas de terror independientes nacionales en los 90s y 2000s. Ya buscar cine independiente en un universo sin internet era difícil, imagínense terror independiente y además nacional. Sin dudas una odisea.
Contexto: Argentina a finales de los 90s, principio de los 2000. Si bien el estallido social no era un hecho, ya algunos indicios se hacían presentes. Se sabía que no era fácil llegar a fin de mes, pero se prefería no hablar de eso, no estaba en el boca-a-boca. No se mostraba. Se escondía. Y ahí es donde surge el famoso NCA (Nuevo Cine Argentino), movimiento que viene a representar las transformaciones sociales. Por lo general era el hilo conductor de todas las películas que se producían a mediados de los 90. Las principales herramientas del relato eran romper con la linealidad y jugar con la suerte y el azar. Dejar que reine lo inesperado y la sorpresa, que también es una característica de la realidad social: no se sabe qué acontecerá en el futuro. Era como nuestra propia Nouvelle vague y Neorrealismo italiano al mismo tiempo.
En resumidas cuentas, este movimiento/cine venía a dialogar con esa realidad, venía a darle voz a ese sector invisibilizado por la sociedad. Algunos títulos destacados de este periodo son Pizza, Birra y Faso (1998, Adrian Caetano), Bolivia (2001, Ulises Rosell) y Okupas (2000, Bruno Stagnaro) y la lista puede continuar.
Con todo este contexto expuesto, podemos hablar de Plaga Zombie, dirigida por dos pibes de 17 años: Hernan Saenz y Pablo Parès. Acompañados de un sinfín de amigos y familiares (para ser precisos 70 personas) que se animaron a participar en un proyecto cuyo presupuesto total era de $600 ARS. Hoy serían alrededor de $94,000 ARS. Para una película de hora y media minada de efectos prácticos y un elenco gigante, sigue siendo un largometraje de un presupuesto ínfimo y con resultados increíbles.

Filmada íntegramente en Haedo, Provincia de Buenos Aires. Rodada de manera cronológica, para que su edición sea más sencilla; pensemos que en esos años no todos contaban con un editor de video al alcance o una PC hogareña. Acá fue todo filmado de un tirón y contando el relato sin parar, para editar lo menos posible, ya que se editaba con la misma cámara.
Una cruzada plagada de efectos prácticos, diálogos increíbles, zombies, gore, un luchador, un jardinero y un trekker, pero sobre todo hecha con amigos, que se juntaron tardes enteras a pensar en cómo hacer la versión argentina de The Toxic Avenger (Lloyd Kaufman, 1984) o Bad Taste (Peter Jackson, 1987). Esta película es el fiel reflejo del cine de género local, pibes y pibas filmando el cine que consumieron de niñxs, con el cine que después eligieron seguir viendo. Esto es Plaga Zombie.
La película trata de un grupo de amigos conformado por un luchador de lucha libre (Berta Muñiz), un jardinero (Pablo Parés) y un trekker (Hernan Saez). Los tres tienen que defender la tierra de una devastadora invasión extraterrestre que busca aniquilar a la raza humana convirtiéndolos en zombies. El relato atraviesa la aventura de estos tres amigos quienes luchan valientemente ayudándose de herramientas hogareñas, que van desde tijeras de jardín, líquidos caseros y hasta un desfibrilador hecho en casa. Toda esta peripecia nos trae enormes recuerdos de filmes como Evil Dead (Sam Raimi, 1981) y Braindead (Peter Jackson, 1992).
Los diálogos son un elemento clave. Pensemos toda una generación consumiendo el mejor cine de ciencia ficción, terror, y acción, a través del VHS o los sábados de superacción de Telefe. Donde consumimos grandes títulos como Rambo (Jerry Goldsmith, 1982), Rocky (John G. Avildsen 1976), Tremors (Ron Underwood, 1990) entre otros, en un idioma para todos muy conocido como el famoso español neutro (idioma que obviamente no existe, pero se creó para poder unificar a todo el mercado latinoamericano bajo un mismo lenguaje). Producto de esto, todo el largometraje está atravesado por personajes hablando en este español, que remontan a la época del VHS. Además nuestros tres personajes se llaman Bill, John y Max (nombres que claramente se utilizaban en este cine yankee). No quiero ahondar en detalles, para no dar spoilers.

Esta película es la primera de una trilogía: Plaga Zombie, Plaga Zombie: Zona Mutante (Hernan Saez, Pablo Parés, 2001) y Plaga Zombie Zona Mutante: Revolución Tóxica (Pablo Parés, 2012). La segunda sin dudas es una entrega mucho más completa – no por trama, sino porque se nota el recorrido de los creadores, con mucha más experiencia en el campo. La tercera viene a darle el cierre final a la zaga. Las tres se pueden encontrar en el canal de YouTube de Farsa Producciones.
Plaga Zombie incluso llegó a los Estados Unidos, cuna de muchas de sus inspiraciones. Estamos hablando de Plaga Zombie: American Invasion (Garry Medeiros, 2021), película en la cual tanto Pablo como Hernán participaron como directores invitados. En estos momentos incluso se está produciendo Un millón de Zombies (Nicanor Loreti y Camilo del Cabo), documental que viene a contar el detrás de escena de Plaga Zombie o como versa el post de Cine Salvaje (Pablo Parés), “Todo el bardo detrás de la realización de la saga PLAGA ZOMBIE, peleas, traiciones y tráfico de niños en una peli documental hecha por Nicanor Loreti y Camilo de Cabo. ¡Se abre la caja de pandora!”
Plaga Zombie es una película fundacional de todo este cine de género argentino. Como veníamos diciendo, el INCAA tenía muy en claro que tipo película debían ser financiadas. El BAFICI (festival de internacional de cine Independiente de Buenos Aires) solo le daba pantalla a cierto tipo de cine, más sofisticado y más snob. En ese contexto surge Plaga Zombie, un cine totalmente disruptivo y que también busca salirse del canon y contar otro tipo de historias y relatos. El INCAA no veía mercado posible en el cine de género, más aún con el auge del NCA. Plaga Zombie viene a cambiar ese paradigma.
Si bien no lo hizo de un sólo golpe, sí fue el puntapié inicial para que muchxs otros directorxs exponentes del cine de género como Nicanor Loreti, Demian Rugna, Gabriel Grieco, Laura Casabe y entre tantos otrxs, se puedan animar a contar sus historias. Todo este efecto derrame terminó decantando otras cosas como festivales, como el Buenos Aires Rojo Sangre, Blood Window, Nieve Roja, 1000 Gritos y tantos otros.
Con todo esto junto, se empezó a hacer evidente que algo nuevo surgía, que tenía su público, su mercado, cosa que eventualmente el INCAA dejó de ignorar, para empezar a darle un espacio. Si bien no fue a gran escala, se empezó; hoy hay un subsidio para películas de género, como lo es el Blood Window.
Por darnos un espacio, una voz y por mostrarnos que se puede hacer cine de género en argentina, gracias Plaga Zombie.