To read the English version of this article, click here.
Bienvenidxs nuevamente al rincón de los cómics independientes Argentinos de La La Lista! Mientras nos tomamos un descanso de las reseñas, las ferias y presentaciones de nuevos libros y fanzines empezaron a brotar por doquier y afortunadamente continúa saliendo material nuevo para leer y compartirles. En esta ocasión quiero charlar sobre dos títulos que salieron en los últimos meses y que, a su manera particular (y graciosa), reflexionan sobre la vida, la muerte y el paso del tiempo: Terrestre de Juan Vegetal y Apocalipsis mientras tanto… de Sine.
Otro planeta verde

Terrestre (Editorial Paradojas, 2021) recopila dibujos e historietas realizados por Juan Vegetal durante los últimos dos años, recopilación de trabajos en su cuaderno “El ABC de Juan Vegetal”, imaginando personajes que conviven en un mundo que se parece al nuestro pero bien podría ser una realidad alternativa, un encuentro entre formas de vida interplanetarias o un futuro no-tan lejano.
En Terrestre hay duendes que viven en aires acondicionados, los adolescentes comen pizza con seres espaciales y toman helado con ninjas, los animales son abducidos por platillos voladores y una niña comienza una amistad con un logo-mascota que bien podría ser una reencarnación de clippy, nuestro querido ayudante del Office. Pero sobre todo lo que abundan son los colores vívidos, con la textura que solo pueden generar las fibras escolares sobre el papel.

A lo largo del libro, el extasis colorido y los graciosos seres que lo habitan conviven con las reflexiones del autor acerca del paso del tiempo y el vivir en loop o las consecuencias nostálgicas de “quedarse mirando la ventana”. El imaginario visual de Juan Vegetal es capaz de crear universos tan inmensos como extraños, como una forma de anticuerpos para combatir la quietud y el encierro (condición que sufrimos todxs en este planeta durante el 2020 y gran parte del 2021).
En un contexto que redefinió la importancia y también la alienación que significó estar conectados virtualmente a los otres y al mundo cuando no se podía salir al afuera, los universos ilustrados de Juan Vegetal son proféticos desde hace tiempo: Ya en su obra anterior Cibercity (Wai Comics, 2017) se encontraba el germen de su declaración de principios, imaginando esquemas visuales para intentar explorar nuestra relación con la internet (y entre nosotres). En Terrestre, la mirada de Juan Vegetal se agudiza, partiendo sub atómicamente las páginas en cientos de viñetas y divirtiéndose mientras lo hace.

Esperando el apocalipsis

Desde el inicio de la pandemia, Sine comenzó un proyecto que en teoría luce bastante difícil: Hacer una bitácora de humor gráfico respecto del coronavirus y la vida en sociedad bajo el temor y los mandatos asociados a la pandemia. Estas tiras se comenzaron a compartir semanalmente en el sitio de Barro Editora y terminaron formando Apocalipsis mientras tanto… un libro que recopila esas tiras junto a otras inéditas y que funciona como una sublimación de los disgustos provocados por el encierro y la condición humana como un ejercicio de humor.
Todas las herramientas que estuvieron al servicio de recordar con un humor ácido sus experiencias de la infancia teñida por las tristes realidades de crecer bajo el mandato del rol femenino en el secundario en Amarga (su primera obra junto a Barro editora) están aplicadas en tiempo real al presente en una cuarentena que pasó de ser algo que viviríamos “por unas semanas” a teñir el calendario del 2020 y gran parte del 2021 de desesperanza y claustrofobia, intentando encontrar un poco de humor en los tragos amargos sin descuidar su mirada crítica y su trazo suelto.

A lo largo del libro, a través del ejercicio de retratar con humor el devenir constante de los días en un estado de alerta que parecía nunca disminuir, aparecen una característica claras: toda lectura fácil y todo lugar común en lo que respecta a volver al 2020 y el coronavirus en un cliché no son los caminos que Sine elige tomar a la hora de narrar y encontrar el humor en sus tiras. Si, hay masa madre, hay videollamadas y hay chistes sobre usar barbijo, pero también hay un esfuerzo por buscar las grietas más humanas y personales en medio de una experiencia que nos trastoca por completo a todxs y generar un mecanismo de reconocimiento genuino entre el lector y las escenas que Sine retrata.
Queda muy claro también que para Sine lo personal es político y que en su registro de transitar el año pandémico, el coronavirus no detuvo los acosos callejeros a las mujeres o el avance de la crisis climática. En sus personajes coexisten las miserias y alegrías privadas con las problemáticas públicas que el afuera intenta acallar o dejar en un segundo plano, y en su retrato de los modos extraños de interactuar entre nosotrxs en épocas de distanciamiento social obligatorio (en forzadas interacciones mediante videollamadas, en lidiar con personas abnegadas a usar correctamente un barbijo) salen a la luz las complejidades de lidiar con el otrx.

Sea subiéndose en una nave hacia mundos coloridos y extraordinarios donde el tiempo se mide de muchas formas distintas o recordando con una carcajada las complejidades de los últimos dos años que vivimos, tienen por suerte historietas independientes recien salidas del horno para combatir el frenesí de las últimas semanas del año o acompañar sus futuras lecturas veraniegas. Mientras saboreo mentalmente los futuros pan dulces y voy craneando el listado de fin de año con los destacados del cómic nacional, me despido hasta la próxima Ltd Edition, ¡la última del año!