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Bienvenidxs a una nueva entrega de Ltd Edition, la columna mensual donde repasamos las novedades editoriales del cómic independiente Argentino. En esta ocasión, me encuentro compartiendo la felicidad por ver cada vez más personas recibiendo su vacuna contra el COVID (ese mal que tanto mencionamos en el último año y medio), capturado por la esperanza de encontrarnos eventualmente superando la pandemia y disfrutando de la actividad cultural y de la vida social que parecía un espejismo hace algunos meses.
Estos ánimos esperanzadores se redoblan al ver la actividad editorial y la labor de lxs autores de historieta independiente floreciendo mes a mes a pesar del contexto pandémico y entregando a sus lectores material de calidad y alimento para los ojos hambrientos. En esta ocasión, condimentamos la alegría y la esperanza con una pizca de horror al adentrarnos en las páginas de Galgo, una antología de relatos breves de Athos Pastore que explora el horror entre los senderos de los recuerdos.

Athos Pastore es un autor que se mantiene desafiando las convenciones del medio gráfico, generando trabajos multifacéticos que trafican influencias del diseño y el registro fotográfico en sus páginas para lograr obras que siempre escapan la etiqueta de un estilo reconocible. Hemos cubierto en esta sección trabajos suyos cercanos a la poesía visual y a la ciencia ficción distópica, y el último título que sacó con Deriva Editora (Sello cordobes-bonaerense que comparte con Pablo Ontivero) sigue la lógica de estos saltos de un género a otro: esta vez lo encontramos mojando los pies en el género del terror, a través de tres historias cortas que componen la antología Galgo.
El hilo conductor a través de estos relatos será la figura de esta raza de caninos esbeltos, utilizados por el hombre por su gran velocidad y la existencia de un culto que les rinde homenaje desde las sombras. Como todo gran relato de horror, su efectividad autoral está en develar parcialmente las siluetas, moverse entre las sombras para generar incomodidad en vez de mostrar de frente las suturas del traje del monstruo. Pastore parece muy cómodo moviéndose entre el velo misterioso y dejando al lector imaginarse la conexión entre las ilustraciones de la página, resultando en una imagen mental potenciada por lo que vemos en el papel.

La antología empieza con Galgo, historia que titula la publicación y sigue a una corredora olímpica reviviendo flashes traumáticos al encontrarse con un galgo enjaulado en un aeropuerto. En un homenaje gráfico a las texturas (visuales y psicológicas) del Cine Giallo de los 70s, Pastore juega con el registro fotográfico, con una saturación y efecto de pixelado sobre las imágenes, maximizando la carga emocional de los recuerdos que se manifiestan en la protagonista mientras corre como los perros de carrera, sin saber si hacia la meta o huyendo de los peligros del pasado.
En Estatuilla, una visita al anticuario conecta a dos investigadores con un caso policial que quedó irresoluto, para volverse a abrir dramáticamente durante el relato. Aquí aparece un trazo y un estilo claro oscuro más cercano a la historieta clásica, pero con sutiles elecciones de composición de viñetas y una lectura de asociación que apelan a una dimensión que conjuga lo fantástico con lo cotidiano. Vuelve a aparecer la figura de los recuerdos, del peso que ocasionan los casos sin resolver y el peligro que contienen ciertos artefactos que el tiempo (y el olvido) vuelve inofensivos al ocultar su verdadero significado, como motor para despertar el terror en los personajes y en nosotrxs.

En la última historia (Lágrima) Pastore se sumerge en un estilo que oscila entre la ilustración y el pixel art, generando un portal a una dimensión donde todos los símbolos de las historias convergen y el núcleo de un ritual se desangra en imágenes. Solo nos queda deleitarnos con horror en el devenir de las figuras que se fusionan entre sí sobre el plano de la página y se desintegran en píxeles, como si se tratara de un sueño febril que mortifica a lxs protagonistas en los relatos de horror decimonónico. Es un testamento de la capacidad autoral de Pastore para llevarnos desde el terror psicológico hacia el horror cósmico, conectando todos los relatos en un clímax visual.
Galgo es un viaje a lo largo de 34 páginas que se sienten como si el tejido del tiempo se rasgara, sin principio ni final, sin distinción clara entre el pasado y presente y con más dudas que certezas: lo que podríamos resumir como una receta efectiva para una lectura catártica de terror. Ideal para lxs fanaticxs del género interesadxs en ver que tan efectivo se traduce a la historieta su genero de cine o literatura favorito, o para lxs interesados en el comic experimental, en las posibilidades que se encuentran al transmutar el claroscuro clásico del comic blanco y negro atravesado por el filtro de pixeles, una sensación similar a mirar fijamente la estática de una televisión sin señal y ver aparecer en el ruido blanco formas terrorificamente familiares.

Me despido por esta edición con un último motivo para estar feliz: el Centro Cultural Recoleta abrió una convocatoria de novela gráfica en cooperación con tres sellos editoriales independientes: La mencionada Deriva Editora, Hotel de las Ideas y La Pinta. Las tres editoriales junto con el comité del centro cultural seleccionarán una obra por editorial para trabajar junto a lxs autores seleccionadxs y publicar su obra. Para participar es necesario completar el formulario y presentar al menos 20 páginas terminadas del proyecto. La inscripción durará hasta el 23 de agosto, la oportunidad ideal para ponerse a terminar esos bocetos o pasarle la info a esx amigx dibujante que estaba con una idea entre manos para iniciar una historieta!