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Traducido al español por Bruno Müller.
El invierno siempre es una época en la que busco consuelo en la comida; pero pasar más de noventa días en casa multiplicó infinitamente esa necesidad. Sopas y estofados, asados hogareños, pan calentito recién horneado, acompañado de una colcha suave y una buena peli. Para quienes tenemos el privilegio económico de apoyar a restaurantes locales, estas son algunas opciones para mantener la panza calentita. Es importante ser conscientes de cómo apoyamos a nuestros locales de comida vecinos. Antes de hacer tu pedido, por favor considerá seriamente apoyarlos de manera directa y no le des plata a compañías extranjeras tercerizadas a quienes no les importamos ni nosotrxs, ni nuestra economía, ni sus empleados independientes ni los negocios que usan sus sus servicios.
Un plato (más o menos) casero en Vallegrande
“Es un restaurante particular en Buenos Aires, y no necesariamente por las opciones en el menú. Acá no hay raíces que vengan estrictamente de una única cultura gastronómica. Los sabores latinos del Caribe y de Perú comparten lugar con guiños a la comida mediterránea y los platos locales más tradicionales. Lo especial es la manera en que se preparan esos platos y para quiénes se preparan. El panadero Gastón Fernández hornea todos los días un pan de masa madre a partir de una lista interminable de harinas orgánicas y sustentables. En la cocina, Pilar Rosales prepara platos con productos de estación, carne de res, granos orgánicos y quesos agroecológicos. Los proveedores de a poco se están adaptando a traer los productos en tuppers reutilizables y no en bolsas de plástico, y los conservantes naturales están reemplazando a los químicos industriales”.
En invierno, esta forma de abordar un menú resulta en comidas ricas, calentitas y familiares de toda América Latina como enchiladas de papa con salsa de tomate picante, bananas asadas con porotos, arroz y muchas tartas de zucchini y queso servidas con tortillas de maíz frescas. Todo se puede acompañar con el pan insignia de Fernández, horneado todos los días, o con almojabana, una versión caribeña del chipá argentino.
Podés leer la reseña completa acá.
Pedidos por Whatsapp: 11 4914 5888
Bonus Track (para más restaurantes ecológicos): Americano, Donnet.
Ramen y bao en Chinofino
Chinofino abrió sus puertas con todo. Unas semanas antes de que empezara la pandemia, habían lanzado la mitad de su menú con apenas un puñado de hornos eléctricos, mientras esperaban a que les instalaran el gas. Tuve la oportunidad de comer dos veces en su local en Palermo Soho, donde la cocina abierta permitía un lugar en primera fila para presenciar la acción: vaporeras humeantes de panes bao, el aroma calentito al caldo de cerdo, el sonido de los fideos caseros cuando los arrojan a una olla de agua hirviendo y los tazones de un ramen riquísimo.
El menú juega más que nada con sabores japoneses y chinos, y logró adaptarse con rapidez al formato de delivery, el cual pude probar una vez y lo maneja la misma gente del local en persona. El especial de la casa es el chashu: cerdo cocido a fuego lento hasta que queda bien tierno, acompañado por una capa densa de caldo de cerdo que crece en intensidad con cada cucharada. Mi favorito es el Dan Dan Mian, un plato de la cocina Sichuan que se prepara con un caldo de pollo más suave y una cantidad abundante de pasta de sésamo. La carne de cerdo picada le agrega una textura masticable junto a algunos maníes gruesos y un poco de aceite de chile picante para terminar de cerrar el asunto. Los baos son un complemento genial (prueben el Hot Byrd de pollo frito y pidan que se vayan al pasto con la salsa picante).
Pedidos por Whatsapp: 11 3125 1180
Bonus Track (para más sopas y platos panasiáticos): Mian, Cantina Sunae, Kyopo, Fukuro Noodle Bar.
Todos los tacos y el picante de Ulúa
“Los chicos de Ulúa, liderados por el chef Antonio Bautista, el sommelier Freddy Morapee y el socio Jesús Cabale, son los más tradicionales que se pueden encontrar. Cuando armaron su menú, llamaron a sus mamás para pedirles recetas familiares. Se niegan a servir sus tacos con cuchillo y tenedor y, más allá de que sus platos no son picantes sin antes agregarles algo de salsa macha, casi todo está hecho con ajíes traídos de casa. Podés empezar con una bandeja de nachos frescos con algunos chips de tortillas clavados con firmeza en una montaña de porotos negros y cubiertos por un poco de pico de gallo. Harías bien en pedirte los chilaquiles, los mismos chips de tortilla cubiertos con una salsa de tomate adictiva y un huevo a medio cocer. La masa de maíz fresca se rellena con rabo de toro cocido a fuego lento y luego se le hace la forma triangular clásica de las tetelas (imaginen una empanada árabe) y se le agrega un toque final de queso fresco. La opción del taco del día cambia constantemente, pero casi siempre vuelve a la carnita de cerdo a fuego lento servida simplemente con pico de gallo”.
El menú de delivery se achicó para preservar la calidad de platos y tiene un gran énfasis en ingredientes de mercado. Entre estos se incluye una variedad de salsas (¡pidan la salsa verde, carajo!), mole, chips de tortilla y tortillas de maíz para preparar tu propia noche de tacos en casa. También hay tacos para dos personas con su opción insignia de carnitas, guacamole fresco y, mí favorito, chilaquiles rojos. Morapee hizo un excelente trabajo con el armado del menú de vinos, ya que cuenta con una selección cuidada de vinos rosados y blancos (recomiendo el Malbec Rosé), a la que se le suma la opción argentina de vinos tintos (elijan el Cabernet Sauvignon antes de resignarse al Malbec).
Podés leer la reseña completa acá.
Pedidos por Whatsapp: (+52) 55 6214 9069
Bonus track (para más delicias inspiradas en América Latina): Sol Negro, 13 Fronteras, Panachef.