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En tiempos en que la Real Academia Española habilita e incluye términos como “covidiota” o “coronabebé” pero sigue oponiéndose al lenguaje inclusivo, creo que es un gran momento para repensar a quién y quiénes tomamos como voces autorizadas para instruirnos en tal o cual tema. Por eso, si alguien va a hablarme de rock yo elijo a Panessi.

Hernán Panessi: persona del bien, embajador de las mágicas tierras conurbanenses de Gerlifornia, periodista de las cosas que realmente importan, aguerrido bicho de radio, freestyle guru, influencer de comida rica, porno connoisseur y, además de muchas otras cosas más, mi amigo.

Hernán Panessi

Con otros tres libros en su haber (se chimenta que si le comprás un cafecito podés hacerte de la versión digital de Periodismo pop, su primer libro,lleno de personajes, crónicas, entrevistas y perfiles del mundo de la cultura pop, o de Una puerta que se abre que explota de historias eróticas, crónicas porno y personajes chanchos. Para el tercer libro Porno argento: historia del cine nacional triple X, vas a tener que acercarte a tu librería amiga) Rock en español es su más reciente publicación. Una guía definitiva sobre el rock de habla hispana no solo de este continente sino también del otro lado del océano. 

Sí. Es solo rock, en español, pero nos gusta. Y Panessi se encargó de recopilar bocha de data. Este libro no solo es una enciclopedia de las bandas fundamentales del género. Es un libro sobre la historia del rock, como así también la historia política y social. Porque, ante todo, el rock es rebeldía y vaya si hemos tenido cosas contra las que revelarnos quienes hablamos usando la Ñ. Dictaduras, crisis, represión. El vínculo del rock con la sociedad. La música como impulso liberador. Y también la resignificación de un sonido que llegó rígido y se desdobló en mil variantes mezclado con folklore, tango, murga, cumbia o lo que fuere. Dando a luz nuevos géneros. Tal vez inventando el punk, quién te dice.

Serú Girán

Le preguntamos a Panessi sobre el proceso de escribir el libro: “Lo que más disfruté fue poder nerdear un montón. Estudiar en profundidad la historia del rock en español, pero fundamentalmente estudiar en profundidad la historia del rock argentino. Con el que siempre tuve relación y cercanía por mi amor por la música y por el oficio del periodismo cultural. Poder profundizar también en artistas que siempre estaban en el debe. Siempre me decía a mi mismo tengo que escuchar toda la discografía de Charly (García) entera, tengo que escuchar a Spinetta entero, tengo que escuchar Soda (Stereo) entero. Y ponerme a hacer ese laburo de archivista, volver sobre los pasos de esos artistas estuvo buenísimo y lo digo de verdad. Lo disfruté un montón y siento como que ví todo con ojos de niño también. Como que los pósters de esos artistas los pegué con más cinta scotch para que nunca más se caigan.”

En el libro están todos. Desde los más obvios y a su vez infaltables como Héroes del Silencio, Café Tacvba y Los Redonditos de Ricota, hasta los más… como decirlo… cuestionables. Ante mi consulta malintencionada de qué fue lo más difícil, o lo que menos disfrutó de hacer el libro (cosa que, claramente, para mí tenía que ver con tener que escribir de manera positiva de bandas que, a mi gusto, son una verga; besotes a Maná y La Ley) Panessi no solo hizo un laburo real de poner sobre las cartas la mesa y darles a todas y cada una de las bandas la importancia que merecen más allá de las valoraciones que podamos hacer (porque admitámoslo… abrieron muchísimas puertas y fueron de ruptura aunque ahora nos parezcan bandas de señora), sino que también me dió una respuesta divina.

Una banda horrible

“Lo que menos disfruté muy posiblemente haya sido todo el período de edición. Por la ansiedad que me generaba entregar el archivo terminado. Por lo tedioso de leer un libro tan extenso como éste que tiene muchas entradas, mucho texto. Releer eso tres o cuatro veces fue lo más tedioso. Lo más difícil de hacer. Fue dificultoso por el hecho de estar muchas horas ahí sentado. ‘Horas culo’. Leyendo y releyendo muchas veces lo mismo.”

En la investigación y recopilación surgieron nombres. Bandas, personas, satélites orbitando cerca del mundo del rock que, a pesar de no parecer propios del género, lo ayudaron a crecer y expandirse. Muchas mujeres se cargaron al hombro bandas, movidas culturales y rompieron también el mandato de lo que se suponía que no debían hacer. Otra vez, rascás un poquito y las pibas vuelven a aparecer ahí donde nadie las llamó, pero donde siempre debieron estar. Patricia Sosa con La Torre, Viuda e Hijas del Roque Enroll, Alaska, Catunga Pereira, Fabiana Cantilo, Andrea Álvarez y mis favoritas de siempre Pat Pietrafesa y María Gabriela Epumer, entre otras tantas construyendo el ADN del rock en español.

Lo bueno es que las ‘horas culo’ invertidas dieron sus frutos. Un libro divino y relevante. Que como “florecita rockera” y fangirl que soy, siento que tiene algunos faltantes (¿CÓMO NO PUSISTE A MASSACRE PANESSI?) pero que aporta muchísima data y linkea todo de manera magistral. Además trae una lista de 50 discos imprescindibles, otra de 20 pelis fundamentales y una playlist para poder terminar de dimensionar todo lo que el rock en español significa, además de ser un recorrido hermoso tanto para los lectores como para quien lo escribió.

“Tuve algunos descubrimientos. Por ejemplo cuando estaba en el período de sumariar bandas, el sello español que es Ma Non Troppo (uno de los editores del libro) me pedía que haya una buena cantidad de representación española, lógicamente, y cuando empecé a armar esa cartografía Cristian Baral, que es un gran amigo, me sugirió a La Unión y ahí descubrí ‘Lobo-hombre en París’ que fue el primero de los temas ‘nuevos’ para mi vida profesional que me volvieron loco. No es que no esperaba nada de La unión, solo que no los tenía, nunca había escuchado ‘Lobo-hombre en París’, nunca me había topado con ese tema que me flasheó un montón.” 

“En esa misma sintonía, volví a escuchar después de posiblemente 10 años ‘Bolero falaz’ de Aterciopelados, un tema preciosísimo. Un tema que ahora escucho con muchísima más regularidad y que no había escuchado en años. De esos procesos me pasó un montón. Con ‘Déjate caer’ la versión original de Los tres, también. O volver a escuchar Control Machete. Esos redescubrimientos fueron alucinantes. Volver a esos temas que me hicieron feliz o que no conocía fue buenísimo. Y después hacer una escucha más atenta y más madura de Charly, Spinetta, de Los Redondos… Escuchar con oído de adulto a esos artistas inoxidables fue alucinante también.”

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