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Creo que hablo por la mayoría de los que vimos “Querida, Encogí a los Niños” cuando digo que más de una vez nos preguntamos qué se sentiría estar en ese mundo que parece tan lejano y ficticio, pero que, a la vez, está a solo una mirada atenta de distancia. Es increíble la cantidad de cosas que podemos encontrar si tan solo abriéramos un poco más los ojos.

Desde muy chico, siento una gran fascinación por las cosas pequeñas. La idea de presenciar mundos nuevos y distintos con cosas que, en el día a día, se ven muy comunes es algo que siempre me llenó de alegría durante mi infancia y me dejó momentos muy preciados. Y, en gran medida, esos momentos definen nuestros gustos el día de mañana. Por tal motivo, era inevitable que al ver el trabajo de Sofía en @madreselvabyp me inundaran todos esos recuerdos y recuperara la fascinación por esos mundos que nos rodean, pero que para verlos solo tenemos que detenernos un segundo y disfrutar.

Sofía Churruarin es fotógrafa profesional y profesora de matemática, algo que queda muy en evidencia cuando vemos esos trabajos que guardan con facilidad la proporción áurea. Además, es una gran aficionada a la botánica y a la música, siempre presente a la hora de trabajar. Tiene una hija llamada Isa y un espíritu emprendedor inmenso. Por otro lado, y creo que debe ser uno de los mayores logros que una persona puede alcanzar, al menos para mí que no nací con ese don, sabe armar el cubo Rubik y nos cuenta que planea hasta dejarlo escrito en su propia lápida.  

A continuación, charlamos con ella sobre su proyecto, el origen de esta pasión y sus planes a futuro, no sin antes darnos algunos consejos para cuidar nuestras plantas responsablemente.

Antes que nada, me gustaría que nos cuentes un poco sobre los inicios del proyecto. ¿Qué fue lo que te motivó a empezar Madre Selva?

Todo es aprendizaje en esta vida. Nosotros vivíamos en un depto y, allá por nuestros veintes, nos regalaron un potus, “el potus inmortal”, pobrecito. Tan mal no estuvimos porque, sin saber nada, estaba colgado ahí cerca de una ventana y el riego era puramente intuitivo. Fuimos adentrándonos de a poco en este mundillo turbulento [risas]. Trabajamos, cursamos estudios y un día, en 2017, nos ofrecieron vender plantitas en una feria. Ahí surgió el nombre Madre Selva y, de a poco, fuimos buscándole la vuelta para volcar nuestra creatividad y tomar más en serio el proyecto. Nos propusimos manejarnos en las redes y crecer cuanto pudiéramos, siempre armando todo artesanalmente y no en serie; todo hecho a mano y brindando una atención personalizada a quienes quieran adquirir nuestros productos.

Algo que transmitís muy bien con cada uno de tus trabajos es el amor que sentís por las plantas. ¿Podés contarnos cómo surgió esta pasión?

Arranque con el mundo de los bonsáis, apasionante y enriquecedor por donde se lo mire. Siempre lo diminuto. La miniatura me atrajo mucho: las escalas, la geometría. Luego fui sumando algunas suculentas y quien tiene sucus sabe que son una adicción. Conocer nuevas especies, coleccionarlas… Además de que, comparado con el cuidado de un bonsái, son pan comido [risas]. Hoy puedo decir que recibo tanto de mis plantas que no concibo la vida sin ellas.

Casi todos tenemos plantas en nuestras casas, ¿qué consejos nos podrías dar para cuidarlas responsablemente?

Primero, ser conscientes de que, además de querer usarlas como objetos de decoración, son seres vivos y precisan distintos cuidados dependiendo de las condiciones del origen de la especie. Por ejemplo, las plantas a las que llamamos “de interior” provienen, en su mayoría, de lugares boscosos o selváticos, por lo que podemos adaptarlas a los interiores, pero siempre van a estar mejor en exteriores protegidos. Por el contrario, las suculentas precisan sol directo para su correcto desarrollo y recibimos muchísimas consultas de gente que quiere tenerlas adentro. Y no queremos ser los malos, pero siempre decimos sucus adentro ¡no! Existen algunas excepciones, pero no vamos a entrar en detalle.

Y después que disfruten, que aprendan de la observación y la experiencia de cuidarlas que es lo más satisfactorio, que se beneficien de la relación y que se sorprendan de las maravillas de la naturaleza. ¡Cultiven, experimenten y hagan compost! El 40% de la basura que generamos es compostable y ese compost es super beneficioso para nuestras plantas.

Al visitar tu perfil de Instagram, nos encontramos con mundos, o, mejor dicho, micromundos, en los que las plantas conviven con distintas realidades humanas. ¿Hay algo en particular que quieras transmitir con esta parte de tu proyecto?

Los jardines son creaciones en las que conviven el amor por la creación y el amor por las plantas. Es poder lograr una fusión para que ustedes tengan ese pedacito de verde con una significación distinta. Es poder lograr expresarnos a través de estas piezas y, claro, de lo que ustedes quieran ver reflejado en ellas. Creo que es la parte que más disfrutamos, la más creativa del proyecto, la que nos permite jugar un poco en el trabajo y la que nos da más satisfacciones cuanto más distintivo es el pedido. Es un desafío también interpretar lo que alguien quiere y darle forma. Otras veces surgen ideas que queremos plasmar y le damos rienda suelta a la creatividad.

Es evidente el tiempo y la dedicación que le das a cada uno de los encargos. ¿Trabajás sola o tenés un equipo?

¡Hay equipo! Y queremos seguir sumando gente a medida que el proyecto lo demande. Mauro, que además de ser EL comodín, es el encargado de crear nuestras macetas de concreto de manera artesanal, a mano, sin molde. Patri, nuestra ceramista, a quien conocimos en la feria. Amor por lo que hace y toda la predisposición para crear las figuras que le pedimos. Cami, ¡mi hermana! Cultivadora de sucus, cactus y bonsái. Aide, colaboradora en la mantención de nuestras plantas. Marce y Emma, colaboradoras con las figuras de madera. Y, por último, nuestra logística que, si bien es un emprendimiento completamente independiente al nuestro, nos complementa.

¿Nos podrías contar un poco sobre tu proceso creativo?

Crear es poner algo de vos en algo externo, el resultado final puede variar según lo que andás consumiendo y el estado de ánimo que tenés al momento poner manos a la obra. Buscamos que el espacio sea agradable, buena música y cualquier condimento que ayude a la externalización del ser. Trabajamos con mucho esmero y siempre tratando de cumplir nuestras propias expectativas. Nos encanta que la gente disfrute de nuestro trabajo. Religiosamente las horas trabajo están siempre contextualizadas con mucha música de la más variada: trash, Sinatra, Amy Winehouse, pop ochentoso, electrónica, Guns N’ Roses, grunge, Pantera, Juan Luis Guerra, etc…

¿Cuáles son los encargos que más te hacen y cuáles son los que más disfrutás hacer?

Encontramos el trabajo muy satisfactorio en general. Nos gusta que la gente nos pida fantasía e intentar plasmarla. Por ejemplo, nos han pedido mini jardines con aros de básquet, con un diván, abuelas, con los perros específicos de cada uno, familias. Es muy divertido. También hay cosas que no podemos recrear por nuestra limitación de materiales. Por ejemplo, nos han pedido jardines con temática de Harry Potter, Cobra Kai, Jurassic Park. La gente vuela, ¡y nos encanta! Tratamos de encontrar algo para cada quien. Las composiciones de suculentas son muy pedidas y también es placentero hacerlas.

¿Qué planes tenés para el futuro de Madre Selva? ¿Algún deseo que nos quieras compartir?

Respecto al futuro, nos encantaría poder abrir un lugar físico para que todos puedan venir a ver y elegir lo que les gusta, porque nos lo piden mucho. Charlar, realizar talleres online; hay mucho por hacer. Es cuestión de tiempo y de tiempos. Nos gustaría sumar productos que aporten algo ecológicamente hablando, pensando en el futuro.

Si querés conocer más de su trabajo y, quien dice, hacerle algún pedido para esa persona especial o, por qué no, para vos mismx, podés encontrarla en su Instagram.

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