To read the English version of this article, click here.
Antes de convertirse en una de nuestras artistas locales favoritas con su proyecto Violenta Josefina – apareciendo repetidamente en nuestras listas de reproducción y sirviendo como puerta de entrada para lxs novatxs a la escena local – Valeria Hernández fue integrante de Skin. Una banda de rock alternativo con un sonido desafiante y melodías penetrantes, Skin perfeccionó su arte en el transcurso de más de una década en su Venezuela natal, ganando seguidores y lanzando un álbum (Rojo de 2010).
Todo esto tuvo lugar en el curioso periodo entre la caída de la estructura tradicional de sellos discográficos y el advenimiento de las redes sociales y las plataformas de distribución digital. También fue antes de que Valeria se mudara a Buenos Aires y se embarcara en un nuevo viaje sonoro en una nueva escena. Por supuesto, ahora que la música en vivo se ha suspendido indefinidamente, ya no hay existe ninguna “escena”: todxs estamos unidxs como parte de un enorme ecosistema musical, alojado en la “nube”, accesible para quien quiera. Es también la forma como un sitio web que comenzó como una crónica de la escena cultural de Buenos Aires se encuentra escribiendo sobre una banda de Venezuela. Todo se junta al final.
Curiosamente, antes de que Skin grabara Rojo, ya habían pasado por el proceso de escribir y grabar otro álbum. En el 2005, después de ganar un torneo de bandas, los miembros que componían la alineación de Skin en ese momento (Valeria en bajo y voces, con el baterista Luis Uzcátegui, la guitarrista Valentina Contreras y la guitarrista / vocalista Vanessa Pereira) grabaron un debut homónimo, conocido como “el disco negro”. Después de un periodo de negociaciones para lanzarlo a través de un sello discográfico, la banda pasó por algunos cambios de personal y se alejó cada vez más de ese sonido, y finalmente el álbum fue archivado por completo. Así es como el primer álbum de Skin resultó ser el segundo, mientras que el primero nunca se lanzó.
Quince años después, los cuatro integrantes que grabaron ese álbum perdido se encontraron dispersos en tres países diferentes y volviéndose a conectar a través de la web. Tomaron la decisión de lanzar finalmente el álbum. Y es muy afortunado que lo hayan hecho, porque es realmente una alegría: fuerte y rápido, pesado pero muy melódico, lleno de actitud; con algunos momentos rítmicamente complejos y algunos sorprendentemente agresivos. Suena vital y relevante, y desconcierta la idea de que no se haya lanzado durante 15 años.
Entrevisté a Skin sobre la dilatada historia del álbum y este proceso de reconexión.
¿Quién fue la primera persona en decir “hay que lanzar este disco que quedó guardado”?
Valeria: Creo que la vez más reciente que vi a Luis fue en el 2013. Para finales del 2012 y principios del 2013 ya había tomado la decisión de frenar con Skin y avanzar con mi nuevo proyecto. Anterior a eso la última vez que nos vimos fue 2006, 2007. Ya teníamos el disco, no se había podido sacar, y quedo ahí. Y llegamos al 2020, o sea 15 años después de haber grabado este disco. Luis me escribe por Instagram unos días después de mi cumpleaños y empezamos a conversar. Y de repente un día en casa, escuchando el disco – porque obviamente, se dio la conversación por reconectar, volver a escuchar esos temas, ver las fotos que cada uno tenia en su baúl de recuerdo, Luis tenia muchísimo material audiovisual – fuimos intercambiando, compartiendo, rememorando esos momentos hermosos que pasamos juntos. Y de repente se dio la idea: hey, ese disco esta buenísimo, ¿porque no lo sacamos? Aprovechamos ahora que existe esta facilidad de realizar este lanzamiento por internet sin depender de un alguien mas, simplemente cargar tu música y compartirla con el mundo. Y definitivamente el 2020 fue el momento para dar con eso.
Luis: Valeria y las chicas de Skin siempre han estado presentes en mi vida. Pienso en ellas casi que todos los días, y en la banda también. Es algo que es parte de nuestras vidas y nuestros recuerdos. Comenzamos como las dos señoras, las viejas amigas echándonos cuentos. La contacté por las redes y empezamos a conversar. Inevitablemente, cayó el tema de la banda, y como dice Val, fuimos compartiendo material… fotos, maquetas, mastering final, todo. Incluso descubrí que yo tenia canciones que ella no tenia en su poder y no había escuchado desde que las grabamos hace 15 años. Y por ahí empezó el asombro, años sin escuchar esta música, y la idea de sacarlo salió de forma natural. Este disco que nunca se lanzo deberíamos lanzarlo, hay que darle a conocer al mundo este disco que nadie nunca conoció, que esta buenísimo, modestia aparte, y el futuro es ya. Hay que darle este regalo a la humanidad como cura a este año, como alivio y como bálsamo, darle el Disco Negro de Skin para que por fin llegue a los oídos de las personas.
A mí me genera mucha fascinación esta idea de revisitar una obra de arte que hicieron hace tanto tiempo. ¿Qué sensaciones les produce escucharlo después de todos estos años?
Valentina: Es como una maquina del tiempo. Para mí es eso. La primera vez que lo volví a escuchar fue wow, o sea, tener 20 años otra vez y sentir todas esas emociones que estábamos sintiendo en ese momento cuando lo estábamos grabando. El esfuerzo, los recuerdos, todo se vino así de golpe, y ha sido una experiencia super emocionante. Son recuerdos que atesoro con mucho cariño. Fue una época muy bonita.
Vanessa: Cuando escucho las canciones y oigo las voces digo wow, es que ha pasado de verdad tanto tiempo. Son canciones que se tocaron desde que se formó la banda y es bien cómico escucharlas – las voces, que obviamente escucho el Disco Rojo de Skin y ves la diferencia en la voz de Valeria. También como que evolucionamos un poco lo pesado que tocábamos en la época del Disco Negro. Pero también siento que este disco ha sido una sanación. Porque era parte del proceso de la banda sacar ese disco y lo dejamos. Y esa parte fue muy triste, porque se quedo en el tiempo y no nos pusimos pilas… nos faltó, no sé, como mano dura para decir “vamos a sacarlo”. Esa parte me da mucha melancolía, el hecho de que no salió, y saber que ahorita la gente lo puede escuchar y está buscando esos temas que eran tan anhelados que nunca sacamos en la radio, esa parte me trae mucha alegría. Por fin se hizo un cierre, un cierre de ciclo en esa parte de Skin que tanto lo necesitaba. Porque todas las bandas tienen su historia, pero para nosotros en esa parte nunca se formalizó. Es muy lindo darle reconocimiento al esfuerzo que todos hicimos y a la gente que tanto nos ayudó.

Valeria: La verdad es que escucho este disco y ahora entiendo a esa Valeria de 20 años, que vivió todas estas experiencias con sus mejores amigas desde que empezó la banda. Skin me ha brindado el poder conectar con personas maravillosas. Es un ente, y ese disco es como la adolescencia de esta mujer que es Skin ahora. A veces tenemos desencuentros con nuestro yo adolescente, o hay una desconexión con alguno de esos otros yo – me pasó un poco con esa Valeria de ese Disco Negro. Y al escucharlo ahora es como sentarme con ella y ver todo ese pasado. Quizá en algún punto lo perdimos, no pudimos tener ese cierre de ciclo, y fue quedando ahí. Y es como cuando te paras y tuviste un mal sueño que te deja una sensación todo el día de algo raro… me pasa. Cuando escucho este disco lo veo y digo era esto. Qué hermoso poder haberlo sacado. Junto con el Disco Rojo son completamente distintos, pero son parte de un mismo ente. Uno no es sin el otro, aunque el otro haya salido después. Me pasó con Violenta Josefina, con El Ejercito del Aire, cuando me enfrenté con estas nuevas canciones quise un poco alejarme de lo que había sido con Skin. Viéndolo desde este disco, desde esta otra visión, desde esta posición, creo que fue precisamente por no haber cerrado ese ciclo, por no haber mostrado completo lo que era Skin.
Luis: Yo ese disco lo escuchaba de vez en cuando. Este año lo puse, y pensaba “pero este es mi grupo, que fino, qué disco tan bueno.” ¿Y me encontré pensando “qué repique de batería es ese? ¡Ah, yo tocaba así!” Hay canciones donde yo metía la mano y hacia un riff de guitarra y ahora pienso “¿cómo se me ocurrió ese riff de guitarra que es super pegajoso en esos días?” Es un disco muy futurista, para mí es un disco que suena a banda de 2020. Ellas podían manejar el camión que era Skin. Valeria toda chiquitita tenia que agarrarse de la guitarra de Vanessa y la guitarra de Valentina que estaban a full volumen, y yo que nunca fui muy sutil con la batería siempre le daba lo más duro que podía darle. Y Valeria relajada cantando. Y ese acople que se lograba en vivo, me encantó mucho que se logro plasmar en el disco también de la mejor manera. Y el resultado fue un disco que, gracias a todas las fuerzas, fue bien adelantado a la época. Y mucha gente habla de que no les suena a banda venezolana porque normalmente las producciones en Venezuela no tenían ese sonido tan duro.
Para ser una banda rock tan joven, el disco tiene una sorpresiva sofisticación en termino de estructura, composiciones, movidas rítmicas que uno no esperaría. Me interesa saber un poco sobre la dinámica del grupo a la hora de componer.
Luis: Hubo un periodo de pre-producción. Había canciones que ya estaban escritas. Pero hubo un proceso de pre-producción donde entrábamos en el estudio, intercambiábamos ideas, Valeria siempre a cargo de las voces y letras. Música entre todas, y voces Vanessa y Valeria. Con las letras, todos incorporábamos algo ahí, siempre en esa ensalada mezclábamos todos los ingredientes de la mejor manera.
En algunos de sus videos que se encuentran subidos a Youtube veo comentarios como “son muy buenas para ser chicas.” ¿Esa actitud es algo con lo que se encontraron mucho en esos días?
Luis: En el 2020 es más liberal, pero en aquellos días ser chica y tocar rock no era fácil. Era bien difícil. Valeria, Valentina y Vanessa siempre sufrieron un poco el hecho de ser mujeres y tocar rock. La gente las miraba como “¿tú vas a montarte en esa tarima y tocar eso?” Eso se le mostraba a la gente con el primer acorde, la reacción era “¿cómo?” Parálisis total, asombro. Era un rock durísimo.
Valeria: Yo creo que esa fuerza de Skin nace de esa misma subestimación de ese público masculino venezolano que nos veía y era como “¿qué? ¿Ustedes?” Y era como “OK, lo siento, te vamos a tener que partir un poco la cara, mi amor”. Eso nos daba muchísima fuerza para precisamente plasmar lo que es Skin.
Vanessa: De jovencitas tuvimos muchas experiencias de ese estilo. Siento que eso a nosotras nos genero mucho estrés. Siempre había una expectativa de wow, “¿cómo van a sonar estas chicas? ¿Qué van a hacer? Vamos a ver”. Esa sensación durante todo el tiempo que tocábamos era mucha presión. Todos los ojos estaban sobre ti, en cómo ibas a tocar la guitarra, si ibas a hacer el riff bien, si se te iba a caer la guitarra…
Valentina: Era una vigilancia perenne. Uno se sentía vigilado.
Vanessa: Y se acercaban los chicos a decirte mira, creo que deberías hacer este riff así… yo siento que, por lo menos a mí, me creaba un miedo escénico todo el tiempo porque era bastante presión. Cuando empezamos, no había otras bandas de chicas. Ni en los eventos ni en las participaciones en los festivales, en competencias… y eso dejó una marca bien fuerte.
Valentina: Yo creo que como en todos los ámbitos desde hace muchísimos años, y es algo que se mantiene hoy en día, siempre ha existido una diferencia entre el rol que puede tener la mujer, en cuanto a su profesión, y el hombre. Es conocido totalmente que las mujeres son menos remuneradas que los hombres, los hombres tienen sueldos mas altos así trabajen en la misma empresa… siempre hay una diferencia ahí marcada, y la música no es la excepción. Claro, estamos hablando de que ahora es 15 años después, y las cosas han cambiado, pero en ese momento uno se montaba en la tarima y uno se sentía que muchas personas, en vez de querer ver cómo era la banda, estaban vigilando cómo estábamos tocando. A ver si sabes cómo tocar, a ver si no estás doblando… no se lo creían. Uno se sentía en ese momento un poco impotente porque uno decía “yo tengo la misma capacidad de un chico de tocar cualquier instrumento”. Pero en esa época no había más bandas de chicas, entonces todos los ojos se ponían sobre nosotras, y se sentía la presión. Yo pienso que hoy en día eso esta un poco más laxo. Pero se sentía mucho la presión y la discriminación.
El disco negro tiene 10 canciones que en realidad son 11, ya que hay un bonus track al final de la ultima canción. Este bonus track, “Nauseas”, tiene un carácter distinto al resto del disco. ¿Fue parte de la misma sesión? ¿O lo grabaron por aparte?
Luis: Es de las mismas sesiones. En estos días escuché “Nauseas” y recordé el momento en que se hizo la mezcla. Yo estaba con el ingeniero sólo y nos pusimos traviesos, se me brotó la vena de fanático de Nine Inch Nails y Trent Reznor y dije “distorsión, más distorsión a la voz, súbele a los micrófonos de ambiente a la batería para que sea un sonido mas loco, métele más distorsión, mas saturación”. Niñitos traviesos jugando. Y salió esa locura final para despedir el disco. “Nauseas” muchas veces era la ultima canción del setlist cuando tocábamos en vivo, y donde el público se ponía a descargar, se armaba el pogo gigantesco, el público así tipo banda punk… dándole durísimo, todos descargando energía positivamente.

Es de mis canciones favoritas del disco. En realidad, mi favorita es “Autopista’. ¿Me cuentan cuáles son sus canciones favoritas del disco?
Valeria: Precisamente “Nauseas”, que es uno de los primeros temas de la banda. Y fue compuesto con Adriana Bello, que fue guitarrista y miembro fundadora de Skin. Es uno de mis grandes favoritos también. “Autopista” también, fue uno de los temas que compusimos para el disco. Tiene como esa mezcla de suavidad y dulzura con esa fuerza en los coros. Pero creo que sumaria también “Volar”, que es un tema muy viejo también de esa primera versión de Skin. “Presencia” también, que es un tema mas de nosotros. La letra fue escrita para mi mamá. Habla de ausencia, de cerrar los ojos y ver si realmente te puedes elevar sin estar tan en este mundo real.
Valentina: Una de mis favoritas es “Me Quiero Ir”, y la otra es “Presencia”. Creo que esas son mis dos grandes favoritas del disco. Me gustan porque, por una parte, me recuerdan mucho a todo ese proceso de composición, de elaboración de la canción, la preproducción… recuerdo los momentos en que nació esa canción y me identifico con ella en distintos aspectos de mi vida personal. Y me gusta bastante, me parece un temazo. “Presencia” también es un tema increíble, la energía que transmite es super.
Vanessa: Mi canción favorita es “Nauseas”. Es tan simple, pero expresaba en verdad lo pesado que podía ser Skin. La fuerza que tenia Skin en vivo, por alguna razón me encanta escucharla. “Autopista” también me gusta un montón porque combina las dos cosas: la fuerza de la banda y la parte suave, gentil, femenina, sutil.
Luis: “Nauseas” es el bebe consentido. Es una canción muy divertida de tocar. La segunda viene “Presencia”, no hay caída con ese riff. No hay caída con esa canción. Y también tiene el significado de la letra, que Valeria le haya escrito eso a su mamá me parece lo más lindo del universo entero. Y luego “Ella”, donde se ve el trabajo en conjunto de la banda musicalmente. Incluso en la letra, porque empieza por la fobia que le tiene Valeria a las arañas, entonces vengo yo con mi fanatismo de El Señor de los Anillos, “mira, en El Señor de los Anillos hay una araña que se llama Ella, vamos a ponerle Ella…”. Por ahí se va la cosa.
¿Cómo fue el proceso de grabación del disco?
Valeria: Este disco para mí ha tenido una producción muy grande. Tuvimos semanas, meses de preproducción en estudio. Luego entramos a trabajar con el productor, David Pérez, que es un señor bastante exigente. Muy disciplinado.
Luis: Imagínate American Idol, va en esa onda.
Vanessa: ¡Él es Simon! (se ríe)
Valentina: Es igualito.
Valeria: Pero yo soy muy quisquillosa al momento de grabar las voces, soy muy insistente en cuanto a la afinación, las armonías… yo salía del estudio feliz porque “esta es la toma, brother”. Y David “pa’ atrás”. Y eran cosas mínimas. Fue un proceso largo pero muy lindo.

Luis: Ese disco fue grabado muy vieja escuela. Cada grito, cada melodía, cada línea es real y repetida todas las veces que fueron necesarias. Vieja escuela, bien grabadito sin ninguna trampa.
Vanessa; Tuvimos hasta clase de vocalización. David Pérez estaba en todos los ensayos, todas teníamos que tener las manos en la misma posición cuando esta subiendo y bajando, la digitación y la ejecución. Estuvo ahí vigilando con una lupa. “Otra vez, otra vez, otra vez”.
Obviamente el contexto pandémico complica las cosas, pero ¿hay planes para algún show en vivo con esta alineación de Skin, aunque sea virtual?
Valeria: Como idea siempre estuvo. Antes de decir “hay que sacar este disco” estábamos diciendo “hay que tocarlo”. Siempre estuvo el pensamiento que seria increíble juntarnos y hacer como una gira, tocar Caracas, Buenos Aires, California. Lo bonito, lo impactante y la fuerza que tiene este disco, seria increíble hacer una presentación del disco entero. Sería brutal. Tal vez podemos cada uno grabar algo, mezclarlo, y lanzarlo como un video “en vivo”. Estoy pensando conseguirme un avión, pasar a buscarlo a cada uno, ir a un país central y hacer ahí un evento. (se ríe)
Luis: Ese trago está servido. Eso se viene.