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Maira Lizet Diaz, de 28 años y oriunda de la provincia de San Juan, vive en Buenos Aires desde hace 8 años y, por más que le parezca una locura total decirlo en voz alta, trabaja actualmente como modelo freelance.
En una industria que se aferra (cada vez menos) a una serie de normas sin sentido sobre cómo tienen que ser los cuerpos femeninos para considerarse bellos, Maira nunca imaginó que iba a encajar (tanto literal como figurativamente).
Pero solo hace falta verla para comprender lo inmensa e innegable que es su belleza, y al hablarla al toque se entiende que va mucho más allá de lo físico.
Tras experimentar una especie de despertar emocional impulsado por su primer encuentro con la organización Bellamente (para la cual ahora es voluntaria), Maira empezó el arduo y continuo proceso de quererse de verdad. Y no hubo vuelta atrás.
Hoy se encuentra metiéndose cada vez más en el mundo de las artes escénicas, llevando con ella su revolución (que es la de todxs nosotrxs) y un fuerte mensaje arraigado en la autoaceptación, el amor propio, y el despejar de los mandatos sociales que nos mantienen presxs de la inseguridad.
Nos juntamos con Maira para hablar de su carrera incipiente, que ya va bien en camino para florecer.

¿Cómo llegaste a ser modelo freelance?
Bueno, resulta que, siempre me gustó mucho el arte y la fotografía, pero la verdad que fue como un sueño, un deseo que había dejado totalmente en el cajón. Porque no me sentía segura de mí. Recién ahora está empezando a haber más diversidad de cuerpos en los medios y en las redes. Pero no es algo que pasaba mucho, entonces, no encajaba con el estereotipo de mujer que se dedica al modelaje. De hecho esto me cuesta hoy en día, decir que soy modelo, porque me parece raro porque, si me ves, no sé, no soy una modelo convencional.
Había algo que no me cerraba, y siempre decía “¿por qué no hacer lo que me gusta?” Y en esta búsqueda me encontré con una página en Instagram que se llama Bellamente, y empecé a leer todas las cosas que había ahí. Es una página muy bonita porque te hace replantearte…todo. Y esos cuestionamientos ya me venía haciendo — ¿por qué había algo mal conmigo? Ahí encontré que no había nada mal conmigo, sino que hay algo mal con los mandatos sociales, y estas normas de que tenemos que ser hegemónicamente perfectxs, y no sé — ¿qué es la belleza? O sea, ¿qué es ser lindx si todxs somos distintxs, entonces? Es ridículo.
Resulta que un día vine a una convocatoria del 8M, buscaban a mujeres que estén seguras con sus cuerpos para desfilar en el Congreso. Yo me inscribí, y cuando me llegó la confirmación, dije “¡¿qué hice?!” O sea, si yo no estoy segura de nada, menos de mi cuerpo — Maira Lizet! Cómo… [se ríe]
Me puse a llorar, por los nervios que me dio. Pero algo en mí me decía que era algo que tenía que hacer. Era algo que tenía que vivir. Entonces, llegó el día y fui con mucho miedo porque no estoy acostumbrada a mostrarme, y era un desfile en bikini, alrededor de un montón de gente, y…fue una locura.
Pero ese día me sucedió lo más hermoso del mundo, que fue liberarme de todo ese peso que había cargado tanto tiempo — de no sentirme linda. O sea, no me sentía hermosa, ¿no?
Después del desfile, fue muy loco, no sé si pasaron días, o una semana, pero me puse en frente de un espejo, y me miré, y me puedo reconocer, y dije “¡qué buena que estoy!” Algo se había despertado en mí, un amor por mí misma, algo se rompió y empezó a florecer lo que yo realmente buscaba, que era ese amor, esa seguridad que necesitaba para poder expresarme, para poder decidirme a hacer cosas.
Cambió todo de mí, fue muy positivo el cambio, y entré en este proceso, que es un proceso largo y continuo, de desestructurarme y replantearme las cosas. Hoy en día ando siempre cuestionándome cosas que antes no me cuestionaba, me digo “¿por qué?” Y me doy cuenta que no hay sentido, para un montón de cosas no hay ningún sentido. Y después de empezar este cambio la gente me decía “Maira, ¿qué te pasó?”, “estás distinta, ¿qué onda?” Y yo como, es que me amo. Y se notaba. O sea la gente lo notaba. Y también se fueron un montón de personas, que no se bancaron a esta nueva Maira un poco más segura. Las relaciones tóxicas que tenía se fueron, porque yo empecé a estar mucho más sana conmigo, y mi entorno empezó a cambiar.
¿Sentís que las cosas están cambiando? Digo, ¿dentro de la industria?
Sí. Un montón.
Y vos sos parte de ese cambio.
Sí. Y eso es lo que me hace sentir orgullosa. Porque el hecho de decidir ser modelo es una forma mía de revolución. ¿Entendés? De decir, “me la voy a bancar porque realmente creo que es necesario que todxs dejemos de estar enganchadxs en este concepto de la belleza que no es real, ¿entendés? Estos mandatos que nos imponen, a que tenemos que ser de cierta forma, de cambiar lo que somos, está mal!
Y el hecho de que personas como yo, todxs lxs colegas, toda la gente que están marcando alguna revolución, que están haciendo cosas que no se atrevían a hacer, ayuda a impulsar y motivar a otras para que lo hagan y para que vean que… que está bien ser nosotrxs. Y que eso es adonde tenemos que llegar.
¿Y cómo vas llevando esto de ser modelo?
Es difícil, porque, es difícil hacerse conocer en el ambiente, o que te reconozcan como “tal”, pero es como todo — la experiencia te lo da, y el hecho de ir laburando te va conociendo gente, y todo va de la mano. Pero bueno, me van saliendo laburos de a poco, y estoy muy feliz por eso porque no lo puedo creer, cada vez que una marca me escribe es como [grito de sorpresa] [se ríe] es como, mucha emoción, y es como que, nada, me hacen ver que las cosas las estoy haciendo bien y que voy en camino.
¿Cuál fue la primera marca con que trabajaste?
Bueno, me pasó algo muy loco porque yo trabajaba en el aeropuerto, y hice un curso el año pasado, de modelo, lo terminé en noviembre, y en diciembre decidí renunciar al trabajo en el que estaba, para poder dedicarme al modelaje, con la ayuda de mi novio [se ríe]. Y estaba la verdad bastante insegura de hacerlo, y le pedí al universo, de que si estaba bien la decisión que estaba tomando de dedicarme a esto, que me diera una señal, y el día que estaba llevando el telegrama al correo, me escribió una marca que se llama Plus Indumentaria. Y ella fue como la primera, y me dijo “Che, ¿Querés trabajar? ¿Querés hacer unas fotos conmigo?” Y yo casi me desmayé porque fue literal justo en ese momento — y quiero mucho a Plus.
Y entre las más recientes está Klihor, que es una marca que fue una de las primeras que vi que tenían diversidad en lxs modelos.

Entre las marcas con las que trabajaste, ¿figura alguna que recién está abriéndose a la diversidad corporal? ¿O son todas marcas que ya llevan eso como parte integral de su identidad?
Para las que trabajé más que nada, sí, se dedican a hacer diversidad de talles, y que se están poniendo también la lucha al hombro, de apoyar esta lucha y la ley de talles, y el hecho de la curva también.
Pero me han escrito marcas que me dijeron “Che, me gustó mucho tu perfil, estoy buscando ampliar los talles y me gustaría que fueras la modelo.” Sí, me pasó, y es muy lindo, es muy lindo cuando pasa algo así, y que yo soy la primera… diversa [se ríe].
Cuando eras niña, ¿qué querías ser cuando fueras grande?
Astronauta.
Me parece que sos algo bastante parecido a una astronauta. O sea, te estás lanzando en este ámbito en el que sos una especie de pionera, cruzando una especie de última frontera.
Sí. Siempre me sentí como en otro espacio. Y bueno, pasé de querer ser astronauta, después estuve mucho tiempo con la idea de ser pediatra, porque…me gustaría salvar niños [se ríe], me encantan los niños. Después pasé a psicología, en un momento también quise ser chef [se ríe]. Quise ser de todo, pero igual, el arte en mí siempre estuvo.
Y siendo modelo podés ser un poco de todo, porque te metés en un personaje distinto con cada look.
Me encanta. De hecho creo que la actuación es la que va más conmigo, porque me encanta hacer cosas distintas, soy muy versátil, y el hecho de ser distintas personas, como, me encanta.
Creo que lo que más me gusta de mí es la versatilidad, es como que me gusta ser distintas cosas porque me aburro de hacer siempre lo mismo, y cuando me proponen cosas distintas como que me vuelvo loca, me encanta.
De hecho, mi sueño es algún día estar en una película de Almodóvar. Creo que me desmayo antes de llegar al set. Quiero ser una chica de Almodóvar. Siempre me gustó ese director porque siempre mostró tanta diversidad y tanta versatilidad en sus películas y en los personajes, es una gran inspiración en mi vida.
Serías muy buena como chica de Almodóvar.
Bueno, volviendo un poco al tema de Bellamente. Después de participar en ese primer desfile, ¿seguiste haciendo movida con ellxs?
Después del desfile, me quedé muy manija con todo lo que hacían estas chicas. Bueno, estas chicas no, la Candela Yatche fue la que, cuando la conocí fue como increíble todo y yo dije, “Necesito hacer cosas con ella, necesito ser parte de esto,” porque si a mí me hizo bien, ¿a cuántas personas más podemos llegar para que suceda esto? Y me motivó un montón, entonces les escribí de nuevo, dije que me gustaría ayudar, en lo que sea.
Y después hubo una convocatoria para voluntarios en la cual me anoté, y — y bueno! Ahora soy voluntaria de Bellamente, y fue muy loco, porque no me lo imaginaba, siempre que estuve buscando alguna causa para ser parte, y esta me atravesó todo. Y amo. Amo que me hayan dado un lugar ahí. En donde yo puedo expresarme y puedo ayudar desde mi lugar y desde mi experiencia. Y no lo puedo creer todavía
Una de las primeras cosas que hice con Bellamente como voluntaria fue en un evento que se hizo en el Centro Cultural Recoleta, de música, de oradores, y al final de todo esto hubo un desfile, como la intervención que hice yo en el 8M, pero yo estuve del otro lado. Yo estuve con las modelos, estuve yo organizándolas, y fue muy loco yo incentivarlas a que cuando estén ahí en el momento, contándoles mi historia y mi experiencia, y diciéndoles, “¡Chicas, libérense!” y que pasen por esa pasarela, y libérense de todas las inseguridades y toda la mierda que nos metieron en la cabeza de que teníamos que ser de tal forma, salgan a romperla. Estaba llorando de emoción y estaba como, muy extasiada de todo lo que sucedió ahí en el momento.
¿Hay alguna marca en especial con la que tenés muchas ganas de trabajar en el futuro?
Hay muchas marcas independientes que me encantan. Pero también, me encantaría ser modelo para todas esas marcas de shoppings que no tienen diversidad y de que nunca pude conseguir ropa para ponerme en sus locales. Me encantaría algún día ser la modelo de esas marcas y decir “Bueno, che, lo logramos.”